Por Mark Pattison
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) — Incluso con muchos signos esperanzadores recientes sobre las vacunas y la reducción en el número de casos de COVID-19, no hay una fecha segura en la que se pueda declarar el fin de la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, eso no debería impedir que las parroquias empiecen a planear ahora cómo recibir a los feligreses de nuevo a misa en el futuro.
“No puedes estar pensando, ‘¿Qué haremos después de la pandemia?’ Tienes que hacerlo ahora”, señaló la hermana dominicana Teresa Rickard, presidenta y directora ejecutiva de Renew International, que ofrece programas de renovación parroquial desde 1976.
“Yo estaría organizando eventos desde antes del comienzo del otoño hasta la próxima Navidad”, agregó la hermana Rickard. “La gente tiene que ser creativa, innovadora. No puede tratarse de solo mantenimiento, tiene que tratarse de misión”.
“No se preocupe por lo que no puede hacer, concéntrese en lo que puede hacer”, expresó Jack Beers, director de contenido de Dynamic Catholic, una organización que tiene como misión “revitalizar la Iglesia católica en Estados Unidos mediante el desarrollo de recursos de clase mundial que inspiren a la gente a redescubrir el genio del catolicismo”.
Durante mucho tiempo había una “atracción gravitacional hacia la parroquia — la vida social, la vida educativa, la vida de adoración — todo giraba en torno a la parroquia”, dijo Beers a Catholic News Service en una entrevista telefónica el 18 de febrero. “Eso ya no es cierto. Peor que eso, debido a la pandemia, la gente se muestra reacia a regresar. Existe el temor de (regresar) … Tiene que haber algo que los ayude a superar ese obstáculo para regresar, algo que les ayude a superar eso a lo que resisten”.
“La razón principal por la que la gente regresa a la iglesia es por la comunidad”, expuso Amy Ekeh, directora de Little Rock Scripture Study, un programa de estudio bíblico para grupos pequeños que sirve a parroquias católicas. “Si como parroquia ya estaban experimentando una comunidad, volverán a eso. Los grupos pequeños son una forma en las parroquias de experimentar esa comunidad”.
Cuando se le preguntó si se necesitaba un incentivo para atraer a aquellos católicos que todavía tienen miedo de volver a la iglesia por la pandemia, Ekeh respondió: “Creo que el incentivo ya tendría que estar allí”, refiriéndose al sentido de comunidad de los feligreses. “Están motivados por eso. No sé si puedes crear un (nuevo) incentivo si ese no estuviera ya allí”.
Tampoco es probable que los católicos apoyasen el “regreso a la iglesia” en una fecha determinada más de lo que lo harían con el “regreso a la escuela” de sus hijos, sostuvo Peter Dwyer, director de Liturgical Press.
“Probablemente sea más saludable pensar en regresar gradualmente”, señaló Dwyer. “Yo también pensaría ‘estamos de vuelta’ el primer domingo que volvamos, pero eso no es probable que suceda porque la gente no se sentirá cómoda”.
Dwyer añadió: “Tenemos que estar atentos a las personas que no tienen miedo y a las personas que tienen mucho miedo. Creo que el liderazgo de una parroquia debe estar atento a … ¿qué los hace sentir bienvenidos? Es una decisión difícil”.
Ekeh, quien vive en la Arquidiócesis de Hartford, Connecticut, dijo: “Estoy encontrando cosas en todo el mapa, en nuestra arquidiócesis y el país. Depende del liderazgo de la parroquia y los ministros”. Ekeh continúo diciendo: “¿Cómo juntamos lo mejor de ambos mundos, reuniéndonos de nuevo en persona, pero haciendo uso de estas herramientas en línea lo mejor que podamos?”
Beers dijo que imitar el modelo de Jesús puede ser de gran ayuda. “Jesús no esperó a la gente”, acotó. “Él fue a la gente y siguió yendo a la gente — fue a la gente para decirles que regresen a Dios”.
Beers añadió: “El primer paso de la mayoría de las personas para volver (a la iglesia) no es un paso de fe, sino uno egoísta. Lo que hemos descubierto en nuestro trabajo con las parroquias es que la gente pierde esa conexión … Muchas personas comienzan haciéndose la pregunta de que es lo que falta en mi vida, y cómo puedo obtener esa conexión. ¿Qué oportunidades hay para nosotros como iglesia? Tenemos lo único que puede llenar la vida de las personas, y ese es Dios. Hay un agujero del tamaño de Dios en la vida de las personas”.
Tanto Beers como la hermana Rickard de Renew International dicen que las parroquias deberían hacer llamadas telefónicas a los feligreses en este momento.
Beers lo llama “un simple acto de conectarse con la gente”, y no solo hacer una llamada y pensar que el trabajo está hecho.
“Pregunten: ‘¿Cómo está? ¿Podemos orar por usted? ¿Hay algún obstáculo que usted esta enfrentando en este momento de su vida?'”, señaló Beers. “Algunas cosas son simplemente prácticas, como que la gente necesita un puente. O la gente necesita la Eucaristía, pero no saben cómo (obtenerla), y tienen miedo: ‘¿Qué tan segura es la misa? ¿Ha tenido algún caso (de COVID-19)?’ Pero en la mayoría de los casos, no quieren nada de ti y solo les preocupa cómo van las cosas en la iglesia”.
“Tienen que darle un toque personal. Tienen que empezar a animar a la gente”, dijo la hermana Rickard a CNS. “Pronto, más personas vendrán a misa. Y tienen que proveer un buen argumento de por qué deberían ir a misa”. Y ese argumento, agregó, no puede ser “te irás al infierno si no vas”.
En cambio, dijo la hermana Rickard, digan a la gente: “Extrañamos estar juntos, estaremos juntos pronto — esta es una actividad misionera personal, decirle a la gente que te preocupas por ellos, es el poder de la comunidad”.
Dwyer dijo que “algo simple” que una parroquia puede hacer es que su comité de hospitalidad “durante algún tiempo — o tal vez durante mucho tiempo — ofrezca máscaras, máscaras desechables, en la entrada de la iglesia, solo para tenerlas disponibles como se tiene disponible un boletín”.
El número de resfriados y de gripe disminuyó este invierno, señaló, “porque no estábamos en contacto. El contacto nos trae todo tipo de cosas que preferiríamos no tener. ¿Cuáles son las prácticas que podemos adoptar como comunidad — e inculcar — ¿como una forma de hacerlos sentir cómodos?”
Dwyer dijo: “Habrá todo tipo de desafíos. Las comunidades que están creciendo ya no tienen lugar para todos, y no tenemos suficiente clero para hacer 10 misas al día, día tras día, así que vamos a tener que tomar decisiones”. El agregó que las misas de transmisión en línea deben continuar, especialmente para los feligreses que se sienten enfermos.
“La mayoría de la gente tomará esa decisión de todos modos”, expuso, “en lugar de entrar en contacto con otros”.
“Las parroquias que piensan de manera innovadora están atrayendo a más gente ahora”, dijo la hermana Rickard, tomando nota de una parroquia que dispensó cenizas en vehículos el miércoles de ceniza. “Creo que la gente lo apreciará, y cuando se sientan seguro, será mejor”, agregó. “Las parroquias que no han hecho mucho tienen que empezar a ponerse al día”.
La hermana Rickard dijo: “Cuando fuera realmente seguro, yo organizaría domingos de bienvenida a casa, y no solo una vez. Todo es un nuevo comienzo, una celebración. Y haría un lanzamiento gradual. Incluso en el otoño, todavía llevando máscaras”.
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