No teman ser testigos del amor de Dios, dice el Papa
Por Justin McLellan, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los cristianos no deben tener miedo de ser juzgados o condenados por dar testimonio de los dones y el amor que reciben de Dios, dijo el Papa Francisco.
Antes de rezar el Ángelus con unos 25,000 visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro el 19 de marzo, el pontífice reflexionó sobre la lectura del Evangelio de San Juan en la que Jesús da la vista a un ciego en sábado.
El Papa comparó las reacciones ante la curación de los vecinos y padres del ciego, que se niegan a aceptar el milagro cuando son interrogados por los fariseos por miedo a represalias, con la del propio ciego, que tras ser curado llama profeta a Jesús.
Mientras que otros tienen "corazones cerrados" ante el milagro de Jesús por miedo o escepticismo, el ciego, dijo el Papa, "no tiene miedo de lo que dirán los demás" porque ha sido curado en cuerpo y espíritu por Jesús.
"Cuando Jesús nos sana, nos devuelve la dignidad", dijo el Papa. Jesús "le liberó y le dio la vista sin pedirle nada, ni siquiera las gracias, y da testimonio de ello".
El Papa animó a los visitantes reunidos en la Plaza de San Pedro a preguntarse si, como el ciego, saben ver los dones y el amor que reciben de Dios.
"¿Estamos felices de decir que Jesús nos ama, que nos salva, o como los padres del ciego de nacimiento, nos dejamos enjaular por el miedo a lo que pensará la gente?", preguntó el Papa.
El Papa Francisco instó a los cristianos a pedir a Dios la gracia de ver "las diferentes circunstancias de la vida, también las más difíciles de aceptar, como ocasiones para obrar el bien, como hizo Jesús con el ciego".
En la fiesta de San José, que en Italia se celebra como el Día del Padre, el Papa Francisco rezó para que todos los padres encuentren en San José el "modelo, el apoyo, el consuelo para vivir bien su paternidad", y dirigió a la multitud en el rezo de un Padre Nuestro por ellos.
El Papa también rezó por el pueblo ucraniano que, dijo, "sigue sufriendo crímenes de guerra".
El comentario del Papa Francisco siguió a la decisión de la Corte Penal Internacional del 17 de marzo de emitir una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin por crímenes de guerra en relación con el "traslado ilegal" de niños de las zonas ocupadas de Ucrania a Rusia.